
4 ElSeñor hizo brotar las plantas medicinales, y el hombre prudente no las desprecia.
5 ¿Acaso una rama no endulzó el agua, a fin de que se conocieran sus propiedades?
6 El Señor dio a los hombres la ciencia, para ser glorificado por sus maravillas.
7 Con esos remedios el médico cura y quita el dolor, y el farmacéutico prepara sus ungüentos.
8 Así, las obras del Señor no tienen fin, y de él viene la salud a la superficie de la tierra.
9 Si estás enfermo, hijo mío, no seas negligente, ruega al Señor, y él te sanará.
10 No incurras en falta, enmienda tu conducta y purifica tu corazón de todo pecado.
11 Ofrece el suave aroma y el memorial de harina, presenta una rica ofrenda, como si fuera la última.
12 Después, deja actuar al médico, porque el Señor lo creó; que no se aparte de ti, porque lo necesitas.
13 En algunos casos, tu mejoría está en sus manos,
14 y ellos mismos rogarán al Señor que les permita dar una alivio y curar al enfermo, para que se restablezca.
15 El hombre que peca delante de su Creador, ¡que caiga en manos del médico!
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